Fiusshh.... Parrafón de seguido.
Os pondré un claro ejemplo:
Fabricar un mueble a partir de materiales reciclados de la basura, tales como palets, maderas de viejos muebles, etc...
¿Porqué he recogido de la basura ese mueble viejo y sucio?
Oye!! Le veo posibilidad... Si le quitó esa pata o esa tabla mmm... Si puede valer!!.
Simplemente por un objeto, que estaba en un sitio concreto, lo tiró una persona en el momento adecuado, mi cerebro quisiera mirar para esa dirección y mi cerebro buscara un motivo para cogerlo, ahí empezamos con la magia.
Llego a mi casa y al meter el nuevo, pero tan viejo material en el pequeño taller de mi casa (el salón, jajaja). Echo un vistazo a mi alrededor.
¿Qué cosa útil puedo hacer para la casa?
Una mesita, macetero, cabecero, estantería, un adorno...
El motivo empieza a tomar forma, por un camino o por otro, pero empieza... Y al fín se decide el proyecto final.
¿Qué herramientas tengo que utilizar y que materiales necesito? Ups, no lo tengo todo, necesito ir a comprar o conseguir esos materiales, sea como sea para terminar (sin haber empezado) el gran proyecto.
El proyecto sigue su curso, todo viento en popa.
Clavos, tornillos, pintura, lija... Cosas tan pequeñas pero a la vez tan importantes, que sí faltara una de ellas el proyecto no continuaría.
Madre mía!!, como cuesta lijar, todo se llena de polvo, las manos me duelen, el cuello se me va a caer, la espalda me duele, la pintura se me ha caído al suelo, los tornillos no los encuentro. Madre mía el taller está muy mal organizado...
El proyecto se tiene que parar, a causa de la mala organización y a circunstancias que no se esperaban ni se había previsto. Pero sigo queriendo terminarlo.
¿Cuándo podré terminarlo? En el trabajo han dicho que tengo que echar más horas. Tengo que ir a hacer gestiones al banco, mis padres dicen que no los visito. El peliculón de la tercera cadena tiene muy buena pinta, voy a tomarme un relax y ver la peli, ya lo haré mañana.
Se estanca un poco, se ralentiza... La pintura se estropea, la madera no se lija sola por arte de magia, el hueco que habías reservado para el mueble sigue vacío y tu cuerpo no da para más. Pero en tu cabeza no para de dar vueltas y más vueltas ese dichoso mueble. Al final se me va a hacer pesado.
¿Porqué cogería esas cosas viejas y sucias?
Podría haberlas dejado ahí y no complicarme la vida. Seguir con mi vida sedentaria tan genial, tan aburrida, sin hacer nada... Dios!!! Necesito terminar ese mueble. Sacare fuerzas de donde no las haya, cueste lo que cueste.
Y de nuevo ese sentimiento de ilusión vuelve a aflorar y con más fuerza que antes, con nuevas ideas, nuevas mejoras para el mueble, nuevos colores.
He ordenado y limpiado el taller, esto está mejor que antes.
Clavo aquí, pegamento por allá, pintura de un color en este lado y otra por el otro lado. ¡¡Madre mía, que bonito está quedando!! Parece mentira que lo este haciendo yo.
Que orgulloso estoy de mi mismo.
Por fín se terminó la odisea del mueble "bonito".
Un sentimiento de orgullo recorre todo mi cuerpo, el pecho se me hincha, un ademán de satisfacción soltado al aire. Waaao!! Terminé...
Muy bien, ahora que? Qué hago? No hay nada más? Si, disfruto del mueble, lo he hecho yo, pero ¿qué pasa con los momentos tan entretenidos que he pasado? Ya no están.
Me ayudaban a desconectar del trabajo, a no pensar nada más en hacerlo lo mejor posible.
Un simple mueble, una simple actividad, algo tan superficial y materialista. Algo que en un futuro lo más seguro es que deje de servir.
Donde termina y empieza, cual es el motivo y las causas que te llevan a realizar un proyecto o una idea.
Disfrutar del camino y aprender de los errores. Ser constante y no rendirse. Acabar algo sin empezar antes de tiempo otra.
Y sobre todo no dejar de mirar hacia los lados y no dudar en imaginar y proyectar.
Y sobre todo cumplir con el objetivo.